19 de noviembre 2024
Bahía Blanca apunta a convertirse en un Hub de Hidrógeno de bajas emisiones. Martin Virdis, Coordinador de Desarrollo e Innovación del Consorcio de Gestión del Puerto de Bahía Blanca -SmartportLab- que trabaja junto con pymes, start ups y grandes empresas, explicó en detalle cómo el puerto encara ese camino, con el objetivo final de llegar también al hidrógeno verde.
Lo hizo en uno de los paneles del IV Taller de seguridad y medio ambiente que organizó el Consejo Portuario Argentino.
“Tenemos una oportunidad de desarrollo económico con el hidrogeno, a partir de que Bahía Blanca es un buen lugar en esta materia como principal polo petroquímico, séptimo puerto exportador del mundo, y principal productor de hidrógeno del país”, señaló. De hecho, de las 400 mil tons de hidrógeno que con emisiones se producen en el país, la mitad tienen origen en Bahía Blanca, que tiene un puerto con una gran diversidad, cerealero y con fuerte presencia de energía, fertilizantes, refinería, exportación de petróleo, en su amplio estuario que incluye a las boyas de Coronel Rosales.
Como se sabe, el desarrollo del hidrógeno, como energía alternativa, despega con las metas globales de transición frente al calentamiento global para reducir gases de efecto invernadero.
Virdis - abajo en la foto- reconoció que, si se ve la demanda global, aún se esta muy lejos de las metas fijadas entre 2030 y 2050 para al menos duplicar la utilización de las fuentes de energía renovables. Aunque este año, al menos no creció el uso de energía fósil a nivel mundial. Opinó que la electricidad tendrá más lugar para el transporte liviano, el almacenamiento de energía de corto plazo o el uso en las ciudades y pueblos, pero la movilidad pesada o determinadas industrias necesitan de otro tipo de combustible y allí entra a jugar el hidrogeno de bajas emisiones.
Se plantea que para 2050, el hidrógeno verde ocupe 12% del consumo del transporte pesado, para los buques de largo aliento, aviones, plantas de refinería o de producción de acero, por ejemplo.
Hoy el proceso para producir hidrogeno en Bahía es a partir del gas que genera bajas emisiones, la clave es capturar las mismas y almacenarlas geológicamente, lo que lo convertiría en hidrógeno de bajas emisiones para el desarrollo trascendente tanto para el puerto como para la región.
Distinto es el hidrógeno verde que se produce con energías renovables, en base a electrólisis a través de energía solar y eólica. Otra alternativa es el hidrógeno rosa en base a energía nuclear que a nivel internacional tendrá en el futuro su participación…
Advirtió Virdis que ya hay jugadores internacionales en la región interesados en este negocio y si bien Bahía no genera energía por electrolisis y necesita más recursos hídricos; si cuenta en el radio cercano con un importante número de parques eólicos de buen rendimiento.
Como el hidrógeno es muy costoso de transportar, se piensa en la exportación a través del amoníaco o combustibles sintéticos. Precisamente, en Bahía Blanca se produce hidrógeno, amoníaco y combustibles sintéticos.
Y allí Virdis destacó las ventajas del puerto de Bahía Blanca y su hinterland.
Por un lado, está la enorme y eficiente infraestructura. Tiene la posta de inflamables, tres terminales de uso público con combustibles líquidos y petroquímicos, donde cualquier empresa privada puede utilizarlas para importar y exportar. “Este es un dato sustancial, más allá de que la operación de las terminales sea privada. Así se podría exportar amoníaco y en la medida en que haya crecimiento ya están planificadas nuevas postas para seguir con la filosofía de instalar terminales de uso público, frente a la idea de que cada proyecto privado tenga su terminal”, dijo. Hoy además de las postas, están las terminales de MEGA – que exporta propano y butano, donde amarraba el regasificador e incluso por un tiempo operó una barcaza especializada para exportar- y Profertil – una de las 38 terminales en el mundo que exporta amoníaco- aptas para ese tipo de producto.
Entre las ventajas de operar en el puerto para el desarrollo de nuevas industrias, dijo, se cuenta con la primer subzona franca del país que permite entre otras cosas la importación y la postergación de nacionalización de partes y equipos antes de su destino final. Asimismo, el puerto cuenta con una gran zona de potencial expansión, con más de 2000 has. disponibles para la radicación de nuevas industrias y terminales.
Otro punto importante, es que el puerto tiene know how y capacidad con dos terminales para la importación de componentes de parques eólicos, en el caso del desarrollo de hidrógeno verde. Desde 2017 se importaron equipos para varios parques que movieron unos 40 buques y según Virdis hay pedidos de instalación de nuevos. Hoy a 55 kms. a la redonde de Bahía Blanca hay unos 11 parques eólicos y que cuentan con la ventaja que estar cerca del puerto y esa infraestructura tanto para importar como para exportar. De hecho, una de las empresas productoras de estos equipos con mayor share a nivel global está radicada en su parque industrial.
Bahía Blanca ya es un nodo energético y logístico con mucha conexión con el desarrollo petrolero y de gas de Neuquén y que también se transforma en valor agregado.
Destacó el ejecutivo, el importante porcentaje de carga que llega por tren – si bien esto referido por ahora exclusivamente al cereal- y que cuenta con recursos tangibles, especialmente los humanos, con capacidad científica y tecnológica de la ciudad, trabajando codo a codo con los grupos especializados de las Universidades de la región que apoyan en los proyectos. De hecho, la mayoría de los profesionales del polo petroquímico son egresados de aquellas casas de estudio.
Entre las alianzas para el desarrollo del hidrógeno, por ejemplo; en 2021 el puerto se sumó a dos socios de un grupo de puertos innovadores con características similares, entre otras cosas con el objetivo de intercambiar información. Además integra H2ar, un consorcio para el desarrollo de la economía del hidrógeno conformado por Y-TEC (YPF Tecnología S.A.) y CONICET, empresa de desarrollo tecnológico en el sector de petróleo y gas.
Precisamente junto a YPF se trabaja en el desarrollo del hidrógeno azul captando y almacenando el dióxido de carbono que emiten las plantas del hub bahiense. El punto es que se necesita un ámbito geológico cercano para el almacenamiento – en general se utilizan viejos reservorios de gas y petróleo- y se está buscando una cuenca cercana, podría ser un punto que está a unos 200 kms de Bahía. “Conseguir ese ámbito de almacenamiento, transformaría a la industria petroquímica de Bahía Blanca y le daría un plafond mucho mayor para seguir creciendo”, advirtió.
Varios proyectos en ese sentido se han hecho y están en curso; como el relevamiento de todo el hidrógeno y las emisiones de dióxido de carbono que genera el parque industrial, para saber que se produce, se transforma y se consume, con el valor agregado como el amoníaco que se exporta. Por ejemplo, se tiene el dato de la cantidad de dióxido de carbono, con el objetivo de apuntar a disminuir las emisiones, capturándolo como insumo para combustibles sintéticos y algún tipo de combustible para transporte pesado.
El mayor productor en ese sentido, es Profertil que lo utiliza para producir amoníaco y de allí urea para exportación y además le queda un pequeño excedente que exporta directamente dos veces al año. El segundo es Dow que lo toma como subproducto. De allí que Bahía es un hub para el uso de dióxido de carbono, donde se emiten 4/5 millones de tons. con gases de chimenea, más 1 millón que queda capturado en el mismo ducto.
Así se viene tomando contacto con países que podrían ser hubs importadores de combustibles de bajas emisiones, como Alemania y así posicionar a Bahía Blanca como hub de exportación de derivados del hidrógeno.
Se trabaja también con un hub del puerto de Talcahuano en Chile que exporta a base de energía solar, así como con el País Vasco que tiene el objetivo de trabajar con hidrógeno y subproductos.
Además, participa en la red de puertos de innovación, PIN, con Valencia, Hamburgo y Halifax, como socios fundadores, lo que da acceso para ofrecer los proyectos de Bahía Blanca a grandes puertos que serán importadores y recibir información y proyectos de ellos.Como se dijo, para llegar al hidrógeno verde se necesita más agua. En ese sentido el puerto está desarrollando junto a otras cinco empresas un estudio para conseguir fuentes alternativas y que inversiones se necesitan.
Por otra parte, YPF y Profertil tienen un proyecto de producir hidrogeno verde, de pequeña envergadura para que la Argentina se incorpore al mercado. Al mismo tiempo YPF tiene un gran proyecto de hidrogeno azul, que sería en Bahía Blanca para productir 1.200 millones de tons. de amoníaco verde. Como se dijo, para concretarlo hace falta ubicar el ámbito geológico para almacenar el dióxido de carbono y de concretarse habilitaría inversiones notables en el polo petroquímico.
“Habiendo aprendido y analizando todo el potencial que existe; creemos que lo mejor es encarar un master plan, pensando en un desarrollo integral de la economía del hidrógeno. Allí es clave utilizar infraestructura compartida, por ejemplo, en áreas de almacenamiento, para electrólisis, tendidos de redes de tensión, cómo hacer llegar mayor electricidad al puerto, utilizar mejor las áreas compartidas, en lugar de que cada empresa desarrolle todo en forma individual. De esa forma el desarrollo se hace más sustentable y competitivo y además pueden concretarse más rápido. Todo esto con la utilización de más capital humano y de innovación y proveedores locales, pensando en un proyecto vinculado a la comunidad”, cerró Virdis.