Nota del editor
Comex: Quién se acuerda cuándo dejamos la "normalidad"?
Podemos concentrarnos en el debate entre economistas sobre si la IA genera mejoras sustanciales en la productividad y la vida de la gente y si el mercado pagará el costo, o cómo están afectando los seguros de los buques que quieren pasar por el Mar Rojo. Podemos bajar a la tierra a nivel local y ver la lucha oficial por la desregulación y muchos avances a nivel de comercio exterior que vienen desde la secretaría de Comercio que maneja Pablo Lavigne. Notables esfuerzos. Pero el comercio exterior argentino no crece.
Serán los privados que prefieren la solución de la maquinita?. Al mismo tiempo, gremios y empresas del transporte carretero se ponen de acuerdo para denostar la desregulación que pone fin a ciertas tasas para mantener y fondear la "seguridad vial". Con la mía no....
Aquí aparece el "costumbrismo", como el sospechoso concepto futbolístico: "que se juega como se vive", como parte del discurso-excusa de los protagonistas de un fracaso donde decir "y.... esto es fútbol", tapa cualquier cosa. "Y esto es la Argentina... viste"... y para ganar "hay que ser vivos". Lo cierto es que "nos viven llenando la canasta", como decía mi abuelito...
Todo esto resulta en el latiguillo, "mal pero acostumbrados" como decía un celebre personaje de Fontanarrosa, que representa un extraño caso para los de afuera, a los que al mismo tiempo les pedimos que vengan a invertir.. A propósito, no te achiques Petronas, después de tanta parafernalia....
En particular, para normalizar el comercio exterior, que no crece, la explicación es repetir aquello de hasta que no se saque el CEPO no se pueden esperar milagros y esto no sucederá a corto plazo, según sostienen los expertos, que igual no le pegan una.
Por lo pronto, la realidad muestra que a nivel de exportaciones industriales, se viene de 11 años de caída. Algunas de las "políticas públicas" que supimos conseguir, continúan porque "no hay otra", como ser la fijación de retenciones, las condiciones adicionales para la recuperación del IVA, -que se introdujeron en el 2022 para cumplir con la declaración de incorporación de divisas, con ganancias que no están incluidas en la Ley de IVA–; más el costo de la inflación entre que se cobra y se devuelve desde el Estado; y las quejas de la carga respecto al costo de la logística y en particular de poner el producto en el barco, con un sistema fluvial con calados insuficientes, aumentos de peaje, puertos caros, etc. Esto mientras se destraban muchos mecanismos. Un punto que está avanzando es el diálogo en el Comité de Fronteras, para desarmar el histórico esquema de papeles y con organismos que atienden en distintos horarios haciendo que la carga tenga que esperar y eso es costo.
Los U$14 mil millones de superávit comercial de este año hasta agosto, se dan por la fuerte caída de importaciones - como si esto fuera bueno-. Las exportaciones se sostienen por volumen en los commodities que cayeron más de 30% en precios. Incluso el litio, la estrella, por ejemplo, vale menos de la mitad respecto a un año atrás. Las carnes juegan un buen papel. De todos modos, se sigue con un déficit del intercambio comercial con el resto del Mercosur y EE.UU. por ejemplo.
A fin del año pasado, la Cámara de Exportadores de la República Argentina presentó 142 propuestas de política a nivel regulaciones, y muchas sin costo fiscal alguno. Durante estos meses un buen porcentaje de esa agenda se han cumplido, pero falta tanto.....
Para los exportadores la duplicación del tipo de cambio y las restricciones al giro de divisas, hace imposible el crecimiento del comercio exterior. Terminar con el cepo cambiario es indispensable. Pero.... El caso argentino de liquidación mandatoria del total de divisas es único en el mundo y el hecho de que continúe la situación donde la mayoría de Pymes no puedan pagar los fletes desde Argentina es insólito y mata a las exportaciones. Esto más allá de que algunas empresas por su formato puedan conseguir que les paguen los fletes desde afuera o algún acuerdo con alguna naviera, pero no para las empresas chicas.
Dicen desde la CERA que hoy el valor de los fletes crece y Brasil que no tiene restricciones, los cierra por adelantado y le quita espacio a los buques que bajan con menos espacio al Río de la Plata. Esto también hace que se demoren los servicios y la carga se “rolea”, complicando la llegada de los productos al mundo.
Lo cierto es que en 2023, 1000 empresas dejaron de exportar. Hace 15 años había 16000 empresas que lo hacían, hoy no llegan a 9000. Lo peor es que, en este contexto que viene de años, hay menos empresas que tienen motivación para hacerlo.
Desandar el camino desastroso de regulaciones y limitaciones generadas en tantos años parece una quimera, pero debe sostenerse cada día, innovando en decisiones oficiales – hoy sería “ser normal” al menos- teniendo el objetivo de que el comercio exterior crezca en forma exponencial, pero hay que dejar de mirarse el ombligo y llorar la "suerte que nos toca". Si es que se quiere. Puede fallar.. "y.... esto es futbol...."