Frutas frescas a EE.UU., décadas de eficiencia en los envíos a partir del control previo y el nuevo contexto

COPEXEU, Comité de Productores y Exportadores de Frutas y Hortalizas a los EE.UU. cumplió 40 años. Esta asociación civil sin fines de lucro, desarrolla un programa que asiste actualmente a los productores argentinos de Peras y Manzanas, Arándanos y Cerezas en sus exportaciones, brindando la posibilidad de que sus productos sean inspeccionados en origen, a los fines de su libre ingreso a los mercados de destino en EE.UU. Asimismo, mantiene abiertos todos los canales de comunicación y de promoción posibles, en procura de lograr un mejor posicionamiento de la producción frutihortícola argentina en el exterior. Además, toma una posición activa en relación a la capacitación, preparación, actualización y estímulo de la producción frutihortícola y de los productores y terceros relacionados con ella. Copexeu coordina con los importadores, exportadores y autoridades fitosanitarias binacionales las inspecciones y certificaciones preembarque. Apunta a promover la exportación de frutas y hortalizas frescas en los EE.UU.; apoyando y respaldando la adecuación de los productos y sus accesorios a las reglas vigentes en el mercado de destino; propende a la habilitación de áreas libres de plagas y busca fomentar la aplicación de normas objetivas de calidad.

Para profundizar sobre el trabajo de Copexeu, la situación de la producción y la exportación de frutas, los costos y ventajas y el contexto global, dialogamos con su presidente, Roberto Gregori, - en la foto- un experto en la materia.

Megatrade: ¿Qué evaluación puede hacer de tantos años de trabajo de COPEXEU?.

Roberto Gregori: Es una relación que comenzó allá por 1987 con la buena intención de los productores de peras y manzanas de Alto Valle para poder llegar al mercado de Estados Unidos en forma más eficaz. Llevando adelante los programas de inspección de preembarque en Argentina con el acuerdo con SENASA y el USDA APHIS de EE.UU. Han sido años duros y donde hemos ido dando pasos en el camino con muchos avances. 40 años no son poca cosa, y hablan de un proceso donde hemos hecho bien las cosas. En todo esto, ha habido y sigue habiendo una gran colaboración y participación del sector privado, y las dos patas públicas en Argentina y EE.UU. con instituciones que han trabajado muy bien, superando inconvenientes, que no han sido pocos. La relación entre esas tres patas es excelente. Hoy nos encontramos en una situación de confiabilidad y permanente diálogo.

M: Se ha visto que en estos años, cada vez más se vienen dado exigencias a los productores argentinos a partir no sólo de los organismos de control fitosanitario del exterior. Incluso desde el sector privado, los propios importadores y especialmente las grandes de retail cada una con sus requerimientos particulares…Quizá no tanto en EE.UU. más bien de Europa….Cómo se han manejado estas situaciones en estos años?

R.G.: Hay dos cuestiones fundamentales, una, respecto de buenas prácticas agrícolas.

Aquí está, por ejemplo, la nueva norma de EE.UU. en materia de inocuidad de alimentaria de la FDA que nos pone en la misma situación que los productores de ese país.Esto implica capacitar a más gente. Con mucho esfuerzo hemos enviado técnicos a entrenamientos para habilitarlos a encarar todos los cursos en Argentina y así también capacitar a los productores y habilitar a las empresas. Esto de forma que todas puedan seguir exportando a EE.UU.

Afortunadamente, hemos respondido muy bien porque nuestras plantas e instalaciones están adaptadas para dar cumplimiento a esas exigencias.

Una de las claves en ese sentido, tiene que ver con el análisis de agua de cada chacra y nosotros tenemos un valle irrigado con agua de deshielo que viene de la cordillera de los Andes y que no tiene ningún problema. Además de cumplir con todas las otras normativas de seguridad y de higiene.

En cuanto al tema vinculado a las distintas exigencias de las grandes cadenas de supermercados, creo que es más un elemento marketinero y no se da en EE.UU. como si en Europa. Normalmente tiene que ver con los residuos de plaguicidas. Nosotros, al producir en una zona con clima en general muy seco, no  aplicamos fungicidas en cultivos. Si puede ser algún insecticida siempre autorizado, cumpliendo con las normas internacionales de acuerdo a lo exigido por cada país.

Incluso algunos supermercados europeos exigen grados de exigencia mayores a los permitidos, como un elemento de captación de los consumidores, diciendo “nuestras manzanas tienen menos residuos”, pero son residuos al fin. Esto termina siendo negativo, porque por un lado nos obligan a poner mucho más el foco en este tema sin contar con las herramientas para combatir el problema. Es decir, implican más gastos sin beneficios para el consumidor y el productor, al que le quita la posibilidad de combatir las plagas.

Afortunadamente, esto no sucede con Estados Unidos. Seguimos sus lineamientos y no hay ningún supermercado que utilice el tema de mayores exigencias con los plaguicidas como elemento de marketing.

M: Quiere decir que uds. ven que algunas de esas exigencias de los retail tienen que ver con una demanda real de la gente o como una forma de hacer marketing…

R.G.: En realidad, la gran diferencia está entre lo que es el producto convencional y el producto orgánico. Está el consumidor de orgánico que lo hace un poco como snobismo y no es tan constante cuando los precios están más altos. Luego están los que tienen mentalidad constante de lo orgánico, tanto en los alimentos como en otros productos – como los de tocador o la vestimenta-.

M: Cómo se encuentran los mercados de exportación en estos momentos. Hablamos de peras y manzanas, cerezas y arándanos..

R.G.: Haciendo un balance de cada producto; si tomamos manzanas es bastante cíclico y depende de la producción que tenga cada región en EE.UU. y sus stocks. Como se sabe si hay producciones locales muy grandes, y el consumo cae, al entrar en contra estación nos podemos encontrar con volúmenes importantes de la temporada anterior de EE.UU. Recordamos que la manzana es de las mejores frutas que se pueden conservar – hasta un año o más-, lo que hace fluctuar mucho los volúmenes y precios.

El tema de las peras es distinto. En los últimos años, los volúmenes se han estabilizado, aunque en 2025 creciendo un poquito. Esto también porque hubo una menor producción de pera básicamente en Estados Unidos y en Perú.

En cuanto a cereza; cuando otros países se han volcado especialmente a China, nuestros productores y exportadores, mantuvieron una tendencia creciente hacia el mercado de Estados Unidos. Hoy es el más importante para las cerezas argentinas y que está en franca evolución. Todos los años crece un poco más. Y este año hubiera sido mucho más grande el volumen, de no ser por un problema climático que afectó fuerte al sur y que llevó a reducir a la mitad la producción de una empresa. El mercado estaba mucho más receptivo que otros años. En cuanto a los arándanos, se dio una temporada difícil. Año a año es necesario sortear el crecimiento, primero de Chile y luego de Perú con condiciones de costos inferiores y obviamente con tiempo de tránsito para llegar de estos países mucho mejor, tanto en marítimo como aéreo.

M: Precisamente, en arándanos históricamente la salida era aéreo, esta la exigencia del bromurado… pero la caída en los precios internacionales – ya el arándano no es el oro azul de hace 20 años- ha llevado a pensar cada vez más en el marítimo, que tiene el problema del tiempo de tránsito….

R.G.: En un principio con el contenedor marítimo llegaban en muy buenas condiciones, pero poca vida de góndola. Pero después eso mejoró y la vida de góndola la tenemos. Lo que sucede es que nuestro tráfico marítimo a EE.UU. va más allá de los 40/45 días de tránsito. Así si cargo hoy, es imposible saber qué va a pasar en ese tiempo con el mercado a partir del ingreso del arándano de Chile o Perú. Un cliente no compra un producto de este tipo y dice: "Vale tanto", cuando se lo entrega a 45 días. Sí lo puede hacer cuando se lo envía por avión.

M: Si hablamos del contexto internacional del comercio. Cómo están viendo las nuevas medidas de EE.UU. colocando aranceles y haciendo más incierta la situación para el comercio exterior….

R.G.: Nosotros somos optimistas. Más allá del contexto, creo que a nuestros productos agrícolas no los van a arancelar. Hacerlo significaría directamente sacarnos de mercado porque no podríamos competir con los países que tienen acuerdos de libre comercio como Chile y Perú. No hay que olvidar que cualquier país del hemisferio sur, ya sea sudamericano o Sudáfrica -esto especialmente en lo que es Europa- es un competidor natural fuerte. Además, todos ellos tienen costos más baratos en dólares, de hecho, han devaluado su moneda y nosotros la hemos fortalecido.

Respecto a las probables medidas de Trump en materia de aranceles, hemos tenido conversaciones con la embajada argentina y confiamos en que no llegará a afectarnos. Creo que mucho tiene que ver con las relaciones de Trump con México y Canadá y las medidas que se toman y luego se pueden dar marcha atrás. Veremos qué pasa en los próximos días.

M: COPEXEU hace años que trabaja también en la promoción de las exportaciones in situ. Cómo es el apoyo del Estado?

R.G.: Respecto a la promoción de nuestros productos, seguimos siempre participando con un stand propio en The Global Produce & Floral Show; la feria emblema de la actividad en EE.UU. que se realiza todos los años en octubre– antes con el nombre de PMA Fresh Summit- llevando con nosotros a todos los productores de manzanas y peras, además de otros productos de Argentina a EE.UU.

Hoy la promoción es fundamentalmente sostenida por el sector privado. Si bien antes había un mayor apoyo oficial, con lo que era la Fundación Exportar. El estado nacional hace un apoyo importante en el tema de las inscripciones, armado logístico del stand pero no económico, ante la falta de presupuesto.

M: Un punto central en las exportaciones, tiene que ver con la logística vinculada. Cómo está impactando?

R.G.: Respecto a la logística, en primer lugar los fletes aumentaron fuerte y estamos con valores casi de los que fueron en la pandemia – donde crecieron en forma exponencial-, también generado por gran demanda y congestión en los puertos y las complicaciones logísticas a nivel global en materia de contenedores. Además, se dan demoras en los tránsitos con líneas que generan alianzas para reducir costos y utilizando un tránsito más lento para gastar menos combustible. En definitiva, tiempos de tránsito y costos que han crecido.

M: Cómo están tomando las opciones de puertos y la salida aérea?

R.G.: En cuanto a las alternativas; tenemos el puerto de San Antonio Este, que para nosotros es el mejor porque está hecho a la medida de la actividad, con mucha inversión, una sala de transferencia ideal, menos transit time, etc. Como complemento, Chile tiene sus puertos del sur con buenos servicios hacia la costa oeste de EE.UU. y para Oriente e incluso hacia la Costa Este de EE.UU.; más allá que puedan aparecer algunas complicaciones en el tránsito por la cordillera por las épocas de nevadas. En cuanto a destinos en EE.UU., básicamente la fruta ingresa por el puerto de Philadelphia en la Costa Este y Los Angeles/ Long Beach en la costa oeste.

En el aéreo, la salida clara es Ezeiza. En líneas generales no tenemos problemas con los volúmenes que manejamos. Allí también llega mucha carga de Chile – en algún caso nos perjudica con el espacio por el uso de la bodega en los meses de noviembre a enero, donde hay un mayor flujo de carga -se junta el salmón chileno y la cereza-. Claro que para la terminal de cargas el salmón es importante porque se mueve casi todo el año.

M: Ahora tienen un espacio especial de inspección de pre embarque en Ezeiza…

R.G.: El nuevo sector de inspección de pre embarque es muy positivo. Es una sala muy moderna y práctica. Es una demanda que teníamos desde hace tiempo. Debo decir que Aeropuertos Argentina Cargas ha hecho un esfuerzo y estamos felices de poder manejar la carga para EE.UU. allí. Recordamos que allí se puede inspeccionar la carga como complemento de nuestras instalaciones de inspección en Villa Regina, Río Negro.

M: Hoy por hoy, cuando se pone sobre la mesa la fruta fresca argentina; que es lo que más vende?. Hay lugar para nuevas variedades?...Se dice que es en este tema donde la producción aparece con problemas…

R.G.: Más allá del valor de la imagen visual del producto para el consumidor, el diferencial está en el sabor de nuestras frutas. En esto hay total coincidencia con nuestros clientes. El tema del sabor está en el primer lugar. Por ejemplo, nuestra pera es insuperable, creo que es la mejor del mundo.

En cuanto a nuevas variedades, depende del producto, en peras no hay en desarrollo, si en manzanas y algunos productores están haciendo las primeras experiencias. De todos modos, en la Argentina no es fácil para el productor común entrar en una nueva variedad. El país no tiene investigación, no tiene breeders especializados en nuevas variedades. Por falta de inversión hoy los viveristas no tienen material para encarar desarrollos nuevos. De hecho, si se quiere hacer una nueva plantación en lo que sea, hay que preverlo con mucha anticipación y financiarla para que después te entreguen un producto. Así es que hoy Argentina está importando mucha planta de Chile, donde sus viveristas tienen un abanico de variedades. Esto también implica conseguir permisos y  cuestiones a las que el productor chico no puede acceder.

M: ¿Qué elementos entiende que tienen que mejorar para generar la competitividad necesaria para ganar mercados, y no quedarse con el tema del tipo de cambio?.

R.G.: Siempre estuvo la disyuntiva entre dólar caro o barato. Sabemos y tenemos mucha historia respecto a este tema y que las experiencias devaluatorias pueden tener un resultado momentáneo. Quizá para el exportador, los primeros dos años después de una gran evaluación son buenos, para después volver a ser lo mismo o peor.

Siempre digo que la devaluación sube por el ascensor y la inflación sube por la escalera, pero en algún momento llegan al mismo nivel.  Dicho esto, pienso que se debiera trabajar en otros factores. Ya hablamos del tema logístico en un país muy grande y muy caro en la materia y donde debe haber un análisis más profundo. Por ejemplo, hace falta mucha inversión en los puertos de la Patagonia. Hoy ocurre que un producto fabricado total o parcialmente en Tierra del Fuego tiene que ir en camión a Buenos Aires y volver a General Roca en Río Negro también en camión. Es insólito. Habiendo tantos puertos. Creo que es fundamental una línea marítima que recorra la Patagonia así como el tren – quizá aquí las inversiones necesarias son mucho más fuertesOtro de los puntos clave es trabajar muy fuerte con el Estado Nacional para la eliminación de impuestos, algunos abusivos.

M: Desde el sector también se habla de lo alto de los niveles que tienen que ver con los salarios y cargas sociales respecto a los países que compiten…

R.G.: Creo que no hay que enfocarse en que los salarios son altos en dólares, sino en lo que son las cargas sociales. A cada trabajador que empleamos, le llega a su bolsillo 60% menos de lo que nos cuesta a las empresas. Por eso, creo que hay que trabajar en estos temas más que pensar en sí o no una devaluación o si el dólar está alto o bajo. Los costos en dólares son altos producto de que tenemos una carga impositiva importante en el camino. En este contexto, los mercados a veces no pagan el precio que demanda poner el producto en destino. No hay que olvidar que la exportación es competencia pura y el precio no lo fijamos aquí ni cotiza en la bolsa de Chicago. Hay compradores que lo compran y lo pagan a partir de la oferta y la demanda. El precio lo f ija el mercado que recibe todo tipo de productos desde distintos orígenes. De lo que paga el consumidor por la venta de 1 kg de pera argentina en Europa, el productor recibe todo lo que queda después de pasar por la zaranda del flete, las comisiones, los gastos de los materiales y muchas cosas más. Eso es lo que derrama al sector productivo, -empresas y productores medianos y chicos-.

M: Eso hace que a veces sea mejor vender más cerca, como Brasil o dedicarse al mercado interno…

R.G.: Si hablamos de peras, aquí se consume muy poco. Y el mercado brasileño tampoco alcanza. Tenemos que salir a venderla al mundo. En el caso de la manzana es distinto. Por ejemplo, ha crecido mucho Latinoamérica, - como Brasil y Paraguay-.

M: Copexeu también tiene en el programa las inspecciones previas con destino a México….

R.G.: México es un mercado que siempre tuvimos, pero es muy atado a la mayor o menor producción de Estados Unidos que es vecino. Cuando este país tiene una baja en sus volúmenes, para nosotros México resulta muy atractivo. Copexeu también tiene un acuerdo con la autoridad sanitaria mexicana, que viene a inspeccionar la fruta en el Sur y allí hacemos un tratamiento de frío para ellos.

M: Es decir que tanto con EE.UU. como con México el control previo en el país permite que no haya un doble control en destino…

R.G.: Exacto. La fruta una vez que tiene el certificado que otorgamos ya puede entrar en México o EE.UU. Básicamente no tiene que ser tocada, porque cumple con todas las medidas de seguridad.

M: En todos estos años supongo que han trabajado codo a codo con los organismos locales y con la embajada americana. Además, uno de los objetivos de Copexeu es que se puedan sumar más y más productos a la inspección pre-market en Argentina…

R.G.: Siempre agradecemos a todos los eslabones de la producción, a la gente de SENASA que hace las inspecciones en origen, y la que opera en la terminal Patagonia Norte y de las oficinas centrales con la que podemos tener un diálogo permanente. Por supuesto, a las autoridades del USDA, porque entienden que un gran porcentaje de nuestra vida pasa por poder exportar a Estados Unidos. Se trata de un mercado muy importante y debemos cuidarlo y eso está en la mentalidad de todos los exportadores para cumplir con todas las normativas. Esperamos poder seguir con esta relación y seguir creciendo y que cada productor involucrado en las distintas economías nacionales, pueda contar con el servicio de inspección preventiva.

Por otro lado, está claro que el programa que desarrolla Copexeu está abierto a todas las frutas y hortalizas con potencial para llegar a EE.UU.

Por ejemplo; estamos trabajando para que vuelva a abrirse el cítrico dulce para Estados Unidos; también están previstos productos como kiwi o granada. Copexeu, no solo hace esfuerzos para promover las actividades de los socios, sino para buscar alternativas para productores de otro tipo de frutas. Si bien promovemos la inspección preembarque, para que la fruta pueda entrar directamente al mercado de destino, tratamos de capacitar a los productores para que estén preparados para cumplir con las normas que nos piden en los países de destino, realizamos distintas actividades de capacitación presencia en ferias, etc. para respaldar a los productores. Y estamos orgullosos de hacerlo.

Números

La evolución de exportaciones de peras a EE.UU. por temporada, muestra 2.5 millones de cajas en la temporada 20/21, número que cae a casi 2.2 millones en la siguiente, baja un poco más en la 22/23 y crece a 2.2 millones en la 23/24. Siendo 71% convencional y el resto orgánica.

En manzanas, la caída es muy fuerte, pasa de 362.000 cajas en 20/21, a menos de la mitad en las temporadas siguientes y sólo 47.300 en 23/24. Siendo la gran mayoría producción convencional.

En cuanto a los arándanos, la exportación a EE.UU. para la temporada 20/21 fue de más de 6.167.000 de kilos, en los años subsiguientes cae a algo más de 3.5 millones; 1.180.000 y la 23/24, 2.430.000 cajas. En cerezas pasa de más de 353.300 cajas a más de 444.100 en 23/24.

Detalles del programa de COPEXEU

El programa de Copexeu para la preinspección es parte de un acuerdo compromiso que se firma cada cinco años con el departamento de Agricultura de la embajada de EE.UU. Para formar parte de Copexeu se puede ser socio directo abonando una única cuota o como asociado.

La entidad colabora activamente con varias instituciones, reuniones, cursos, seminarios y foros, nacionales e internacionales. Por ejemplo, con el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, colaboración directa en la organización de los cursos oficiales para la capacitación de productores agrícolas con la emisión de Certificados Oficiales con validez internacional: INOCUIDAD DE LOS PRODUCTOS AGRICOLAS FRESCOS – PSA (Product Safety Alliance) – Ley de Modernización de la Inocuidad Alimentaria en Estados Unidos (FSMA – FDA) FORMACION DE INSTRUCTORES LÍDERES en el Reglamento de controles preventivos para alimentos de consumo humano (pcqi líder) controles preventivos para alimentos de consumo humano (PCQI) defensa alimentaria contra adulteración intencional (FDQI) programa de verificador de proveedores extranjeros (FSVP).

Es parte de la Red de Empresas contra el Trabajo Infantil, con el objetivo de colaborar en la generación y apoyo a los programas, planes, acciones y proyectos que contribuyan con las políticas públicas de erradicación del trabajo infantil y protección del trabajo adolescente.

COPEXEU gestionó y consiguió la Membresía a Global GAP, una red internacional de colaboración mediante la cual se promueven las Buenas Prácticas Agrícolas en todo el mundo, conectando a productores y proveedores, creando estructuras para la homologación de las normas y programas y promoviendo la sensibilización con respecto a la producción segura de alimentos y a la gestión sostenible de los recursos.