La competitividad estructural vale más que el tipo de cambio

19 de junio 2024

La competitividad es más importante que el nivel del tipo de cambio, y el Mercosur sólo se puede modernizar hacia afuera; fueron entre otros, los conceptos centrales en uno de los paneles referidos a comercio exterior de “La semana de la Ingeniería” que organizó el Centro Argentino de Ingenieros.

El encuentro que tuvo el lema de “El desafío de alimentar al mundo. Argentina de granero del mundo a las góndolas internacionales”, tuvo en uno de los paneles como destaques, las presentaciones sobre política comercial exterior de parte de Marcelo Cima, el responsable de relaciones económicas internacionales de Cancillería, y la visión de estos meses y la proyección económica y de comercio exterior del ex ministro de la Producción y responsable de la consultora ABECEB, Dante Sica. También estuvo el análisis sobre la realidad y las expectativas de parte de directivos de empresas exportadoras como Sven Piederiet, CEO de Salentein, Alejandro Reca, CEO de San Ignacio y Guillermo Rimoldi, CEO de Georgalos - los cuatro en la foto-.

En principio, Sica destacó lo que es una nueva época con la transformación social donde un gobierno resulta un catalizador del cambio que quería la gente.

El gobierno tiene mucho que hacer para mejorar el ambiente de negocios. Ya desde un comienzo hubo un giro de 180 grados buscando cambiar ese ambiente, rompiendo con el esquema de que la exportación subsidie al mercado interno o con la incertidumbre regulatoria”, relató.

Agregó que todavía se están solucionando temas de la “agenda del siglo XX”, como es la baja de la inflación o resolver el déficit fiscal. Para Sica se ha avanzado en la mejora del ambiente de negocios y en lo regulatorio y allí destacó puntos del DNU hoy vigente, como la caída de las leyes de abastecimiento y de góndolas. Además, hoy ya no se ven colas en la secretaría de Comercio Exterior para realizar un trámite. Ahora el empresario o su gerente que estaban ocupados en los trámites burocráticos para que salga un papel, se pueden concentrar en la actividad comercial. También destacó que la aprobación de la Ley de Bases puede ser el comienzo para buscar ese desarrollo que tiene que venir de la mano de las inversiones y en lo laboral, -donde quizá la ley no ahonda tanto- Por ejemplo, en un punto que hoy pega a las Pymes: no contratan por la incertidumbre del costo de las demandas de salida. Asimismo, está el RIGI, para propiciar inversiones.

Precisamente para Sica, este año es el de la baja de la inflación y el déficit fiscal y de preparar las regulaciones para lo que tiene que venir en el 2025: las inversiones y el empleo.

Sica reconoció que no alcanza con estabilizar la macro. En 20 años el Estado se duplicó mientras la productividad cayó 15%. Hay tres gravámenes que afectan notablemente: el impuesto país, las retenciones y el impuesto al cheque. Agregó que un debate que tendrá que darse en el futuro próximo tiene que ver con el régimen previsional que se lleva buena parte de los recursos, especialmente a partir de que se pasó de un sistema de reparto a solidario y se le añadió gente que nunca aportó.

En cuanto a las exportaciones de alimentos de valor agregado, Sica señaló que con algunos mercados tradicionales estancados en cuanto a demanda, el futuro está en Asia y África.

Consultado sobre la recurrente presión sobre el tipo de cambio de parte de algunos operadores, señaló que es menos importante que el factor de la competitividad y esto significa tener estabilidad, reglas claras y poder acceder a la tecnología. “La competitividad de la exportación no depende del tipo de cambio”, insistió.

Empresas

En el mismo panel, los directivos de empresas de alimentos y vinos, dieron su visión sobre los primeros meses del nuevo gobierno, competitividad, exportaciones y el rol del Estado.

los mercados internacionales con su reconocido dulce de leche desde 1978 y es la única en su sector que lo hace con el sello de la marca argentina a la UE, recordó. “No tenemos miedo a competir con los productos importados”, advirtió.

Defensor del concepto: sin el Estado es mejor; “Nos sale bastante bien cuando nos dejan”, dijo, aunque defendió la muy buena tarea de las embajadas como elemento de apoyo a las empresas. Especialmente para las pymes y en países más difíciles. “No nos sirve la incertidumbre y la arbitrariedad desde un gobierno que un día dice qué algo se puede hacer y al otro día no. En estos meses se ha vivido un cambio y esto facilita pensar en hacer negocios. Un ejemplo es que ya los bancos no son prestamistas del Estado. Ahora tienen que enfocarse en hacer su trabajo: financiar la producción”, explicó.

Para Piederiet, es bueno cambiar hacia la cultura de la competitividad y que los empresarios dejen de estar concentrados en pensar sobre la variación del tipo de cambio o si hay que incorporarse a un registro o cualquier esquema burocrático para trabajar. “Hace tiempo necesitamos cinco o seis personas de la empresa para atender los temas de impuestos y regulaciones. En Holanda nos alcanza con contratar un tercero que se ocupe”, dijo. Destacó que en estos meses se pasó de una economía muy intervenida a la promesa de ser desregulada, aunque hasta ahora se ven pocos cambios. “El Estado debe cumplir un rol de facilitador y las empresas apuntar a ser competitivas y exportar”, añadió.

A la hora de hablar sobre los acuerdos comerciales, los dos ejecutivos coincidieron en que, con el convenio Mercosur con la UE, la cuota Hilton podría pasar de 20% de arancel a cero, lo mismo podría ocurrir con otros alimentos. Incluso Piederiet destacó que el vino argentino es de los que más aranceles paga para el ingreso a los mercados.

Por su parte, Rimoldi de Georgalos entiende que hoy el enfoque del gobierno está en bajar la inflación. Al mismo tiempo se está en un piso de demanda, y se espera la recuperación.

Sobre la apertura de la importación, señaló que su empresa quiere competir, pero para ello, entre otras cosas, es importante que se facilite la importación de tecnología, especialmente para las Pymes y que puedan dar batalla y asimismo exportar. Advirtió también que el proteccionismo en el mundo viene creciendo, de allí la importancia de cerrar nuevos acuerdos comerciales.

Precisamente, los empresarios recordaron las dificultades que han tenido en estos años para incorporar líneas de producción, con condiciones de financiamiento imposibles.

Reca advirtió también que es necesario el cambio cultural en el sector empresario y dejar de lado una agenda que tradicionalmente tienen muchos de sus colegas que flotan entre la vocación por la integración al mundo o por la protección ante la importación.

Asimismo, los empresarios señalaron las ventajas de la Argentina en la producción sustentable que ya hace tiempo es una exigencia de los mercados compradores. Georgalos está trabajando mucho en ello – acaba de hacer un acuerdo para trabajar con energía verde-, y el propio Piederiet destacó que incluso hay mejores condiciones para producir en forma sostenible en el país que en Europa, tanto por el clima como por la tierra

Coincidieron como condiciones que vienen para esa mayor competitividad: avanzar en reforma laboral, impositiva, regulatoria y bajar extra costos.