18 de junio 2024
Para Marcelo Cima, responsable de relaciones económicas internacionales de Cancillería, - en la foto- la política exterior en lo comercial tiene en el ingreso a la OCDE un elemento central. Además, señaló que se sigue trabajando para llegar a un acuerdo del Mercosur con la UE pensando en el mejor momento para que coincidan políticamente las situaciones en ambas márgenes del océano. Pero advirtió, que el bloque llega tarde a la “onda” de hacer acuerdos comerciales con otras regiones. Al mismo tiempo, se ve una OMC opacada. Así, hay países que compiten con la Argentina y tienen 0 de arancel de acceso. Pero, al momento, no hay otra que seguir buscando acuerdos, señaló Cima.
Entiende que la relación del país con el mundo se sostiene en cuatro patas. Por un lado, el ingreso a la OCDE – sueño fallido del gobierno macrista- que sería la “premiership” - como se conoce a la Premier Ligue de futbol de Inglaterra- que requiere un proceso de adaptación de cinco años y que exigiría adherir a 279 convenios internacionales.
Por otro lado, modernizar el Mercosur hacia afuera, estableciendo acuerdos internacionales, ya que advirtió; es difícil modernizarlo hacia adentro. Esto especialmente porque el socio más grande es cada vez más grande y lo que era la relación de la época de Alfonsín o Menem con sus pares brasileños cambió. En los ’90, Brasil era tres veces la Argentina, hoy es mucho más - U$100 mil millones de superávit, proyectos de inversión por U$60 mil millones-.
Párrafo aparte sobre las negociaciones internacionales y el relato del funcionario en cuanto a las idas y vueltas en la relación Mercosur-UE.
En el 2019 estaba todo acordado, pero pasaron cosas: nuevo gobierno en Argentina, se quieren añadir algunos elementos nuevos y luego se suma Brasil con la misma tesitura; en la UE se sanciona el pacto verde y toman con cautela el tema de sostenibilidad. Se llega a este gobierno con vocación de firmar y en medio del encuentro de autoridades de Asunción – donde la UE bajó con 11 delegados, no poca cosa- pero se vino el “tractorazo” en Inglaterra, luego en Francia y España y el paráte. A esto se suman los apoyos políticos o no a la presidenta de la Comisión Europea y quedó todo ahí, con la voz de Macron en contra y la promesa de esperar a este mes. En ese lapso, sin negociaciones a la vista – aunque a nivel técnico no se bajó el ritmo-.
Según Cima, habrá que ver ahora, con las elecciones europeas, qué escenario queda – el espacio se ha corrido a la derecha donde parece ganar lugar la italiana Meloni para poner a su “pollo” en la CE- o sigue la actual titular, depende el apoyo que tenga, más el poder restringido de Macron para trabar el acuerdo. Podría ser para el último trimestre que se llegue a una definición?. Escenario abierto.
Mientras tanto, siguen otras negociaciones, con el EFTA – hay que negociar mucho para un mercado de 15 millones de personas que no es lo mismo que los 500 millones de la UE. Del lado de EE.UU. hace rato no prioriza acuerdos comerciales con bloques - empezó con Trump y Biden lo sigue- y se viene una onda de acuerdos comerciales sin acceso a mercado, como los grandes del Pacífico, o como lo propone Japón.
Por otro lado, India que es otro gran mercado, pero tiene sus particularidades. Hoy existe un convenio con 400 productos y hay que negociar sector por sector. Cuando se quiere tocar el acceso de algún producto local, India repite de su lado la apertura de “farmacéuticos” y “textiles” donde es poderosa. También exige invertir allí lo que implica asociarse a locales.
Con China, se exporta más, pero se importa mucho más, dice Cima. Otros mercados como Emiratos sirven para incrementar el comercio, pero no como Mercosur. Cierta expectativa parece haber en la reunión del 8 de julio entre presidentes del bloque, arriesga.
Otro de los pilares de la política exterior, señaló el funcionario, es crear un ambiente favorable a las inversiones y la necesidad de modernizar acuerdos en esta materia. Finalmente, la promoción comercial. Aquí por un lado, está la inteligencia comercial que es algo que se hacía muy bien, pero quedó un poco en el camino, advirtió. Por otro lado, la promoción de ferias, misiones comerciales, formación de las empresas en comercio exterior entre otras, – hoy el Estado Nacional financia cada vez menos esas movidas dejando participar más al privado-. “Hoy la Cancillería no puede influir en el mayor o menor crecimiento de los 10 primeros productos argentinos que se exportan”, dijo Cima.
Destacó además, que un punto importante a mejorar es el seguimiento de los mercados que se abren y qué hace el Estado y las empresas en esta materia. También se espera mejorar en lo que es la “marca argentina”, que para el funcionario, hasta ahora, fue una deliberación enfocada meramente a cómo es el diseño del logotipo.
En definitiva, se trata de poner seriedad a la política exterior, dijo.
Respecto a esto; cuando era embajador argentino, en una reunión de la OMC,-coincidiendo con uno de estos volantazos argentinos de pasar a ser “serios” y “abiertos al mundo” a protegerse de él y cambiar las reglas de juego todos los días-; un colega de otro país le dijo: “muy bien que vuelven al mundo pero tiene que dejar de lado la esquizofrenia”…Será así?
Consultado sobre la tendencia de “diplomacia entre presidentes” a nivel global a partir de la “buena onda” que pueden tener por coincidencias ideológicas u otras los mandatarios; Cima señala que esta situación siempre se dio. “Siempre es bueno, pero en una primera aproximación, después hay que ver los resultados en el tiempo”, dijo.
Claro que así como es positiva la “buena onda”, también es muy mala la “mala onda” en tiempos de agresiones personales y donde las Cancillerías tienen que salir después a poner paños fríos con o sin éxito. A diferencia de la diplomacia presidencial, la diplomacia profesional es más componedora, insistió el funcionario.
En uno de los paneles del encuentro organizado por el CAI, la presidenta de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios (Copal), Carla Martín Bonito -en la foto-, hizo un duro análisis de la situación del sector en cuanto a su capacidad exportadora.-Estancamiento crónico tanto del mercado interno como de la exportación desde hace 15 años. A su vez otros países triplicaron su nivel de venta externa. En 2023, el sector tuvo el mismo grado de producción que en 2012 con casi 37% de capacidad ociosa.
Uno de cada tres pesos que genera la industria, tres de cada 10 empleos, cuatro de cada 10 dólares de exportación y cuatro de cada 10 pesos de recaudación tributaria, provienen de empresas de alimentos.
Los principales tres sectores de exportación de la actividad cubren 70% de las ventas al mundo. 10 de los 180 destinos implican 40% de las exportaciones. Mucha concentración.
Hay que bajar la carga impositiva para que las empresas puedan invertir e incorporar tecnología y agregado de valor para mejorar el perfil exportador.
Se necesita crear un entramado para apoyar y consolidar a las Pymes en el exterior.
Hoy la capacidad exportadora argentina tiene una inserción que no supera el 1,5% de la demanda mundial de alimentos.
Marisa Bircher, - en la foto- que ocupó un papel importante en el área de exportación y negociaciones internacionales en alimentos durante el gobierno de Macri, señaló que cerrar acuerdos como el del Mercosur con la UE es importante, porque la región tiene una responsabilidad muy fuerte como proveedor de alimentos al mundo. Destacó el avance que tuvo en su momento el Acuerdo, e incluso su firma inicial y lamentó que haya quedado trunco; reconociendo también que se tuvo que sortear las trabas de algunos sectores del ámbito privado local.
Agregó Bircher, que además de la importancia de los acuerdos de bloques, los cambios geopolíticos también han influido en este tiempo y hoy se deben tener en cuenta procesos como el nearshoring y su impacto positivo en la región. (Aunque hasta ahora Los principales tres sectores de exportación de la actividad cubren 70% de las ventas al mundo. 10 de los 180 destinos implican 40% de las exportaciones. Mucha concentración.
Hay que bajar la carga impositiva para que las empresas puedan invertir e incorporar tecnología y agregado de valor para mejorar el perfil exportador.
Se necesita crear un entramado para apoyar y consolidar a las Pymes en el exterior.
Hoy la capacidad exportadora argentina tiene una inserción que no supera el 1,5% de la demanda mundial de alimentossólo México lo viene disfrutando). Además, muchos países buscan autoabastecimiento en ciertos segmentos, para no depender de la incertidumbre de otros mercados a partir de la pandemia o de las limitaciones logísticas por los conflictos entre países y grupos radicales, situación que ha crecido notablemente
Finalmente recordó que hay que ver cómo promover mejor el acceso a mercados como el sudeste asiático, que demanda cada vez más. Esto exige no solo negociar, -de por sí son mercados bastante abiertos-; sino desarrollarlos y ahí mucho tiene que ver el sector privado. En ese sentido, señaló que hay que generar un apoyo para que las pymes - que le tienen temor al Asia- se animen.
“Tenemos todo para llegar más al mundo con alimentos a las góndolas, pero hay que hacer mucho y desde el Estado generar políticas a largo plazo, dar previsibilidad y más seguridad de nuestro compromiso al mundo”, cerró.