29 de noviembre 2024
Cómo se encuentra Latinoamérica en materia de mecanismos de facilitación del comercio. Qué aporte hace la Organización Mundial de Aduanas y la participación del sector privado en dicho organismo en ese sentido. Cómo se maneja la dicotomía control vs. facilitación y los programas de apoyo a las empresas para que ingresen a los sistemas de facilitación implementados por los Estados.
Sirve que un país tenga avances significativos en estos procedimientos y reduzca la burocracia si esto no se replica en el resto?. De qué le sirve a un operador económico confiable que su país tenga altos niveles de facilitación del comercio, si cuando exporta, en el otro país “receptor” no se siguen parámetros al menos similares. No se necesita que todos los organismos de un país estén en un mismo nivel de desarrollo a la hora de la digitalización?.
El ideal de la VUCE no sólo es llegar a la plena interoperatividad entre los organismos internos, sino alcanzar esa sincronía entre los organismos de la región. Y allí vemos que hay un problema.
Esta sincronicidad, no solo depende de la decisión política de las aduanas, sino en muchos casos de la infraestructura disponible. Por ejemplo, si hay un solo paso para todos los camiones en la frontera y el que es Operador Económico Autorizado no tiene prioridad; qué sentido tiene ser un OEA?. Asimismo, si se quiere avanzar en una acción coordinada de fronteras y mejorar la infraestructura; están los gobiernos de América Latina en condiciones de financiar esa mejora?. Qué prioridad tiene un tema como este para un gobierno dentro de su agenda, que esta lejos de ser atractivo para conseguir votos en lo inmediato. Esto, además de las complicaciones que ven las entidades regionales de crédito para conseguir proyectos conjuntos de dos o más países de la región. Resulta más fácil financiar proyectos país por país, dicen.
El drama para este tipo de cuestiones estratégicas como la facilitación del comercio, es que no pueden tener más o menos impulso de acuerdo al color político del gobierno de turno.
Más allá de no tener todas las respuestas, abordamos estos temas con Alejandro Terzián, experto en gestión estratégica de comercio y aduanas, vicepresidente de la comisión global de Aduanas y facilitación del comercio de ICC, miembro del GRSP Grupo Regional del Sector Privado de la OMA para Américas y Caribe; presidente de la comisión argentina en CL&P de ICC; responsable de comercio exterior y compliance en aduanas de Bayer para Latinoamérica - en la foto-.
Si bien hay ejemplos concretos de avances de facilitación de comercio, con acciones puntuales; para el especialista, en algunos países falta mucho camino por recorrer. El tema crucial es cómo se llega de las palabras a la implementación de la facilitación en los organismos y en el día a día del sector privado.
Para Terzián, la facilitación del comercio en América Latina ha avanzado en las últimas décadas, pero la región aún enfrenta desafíos significativos. “Muchos países han implementado medidas para simplificar y agilizar los trámites aduaneros, reducir costos y tiempos de exportación e importación, y mejorar la transparencia. Aun así, persisten barreras que frenan la eficiencia total del comercio”, dice.
Menciona algunos avances recientes y significativos dentro de la región respecto a las últimas tendencias como la implementación del Acuerdo de Facilitación del Comercio (AFC) de la OMC que promueve la simplificación de trámites aduaneros y la modernización de infraestructuras portuarias y de transporte. “Aquí la mayoría de los países de la región han ratificado y comenzado a implementar el AFC. Sin embargo, se observa un diferente nivel de avance en la implementación de medidas que facilitan el comercio en los países de la región. Este avance asimétrico afecta negativa-mente en los negocios, ya que si se avanzara en forma sincronizada se podrían obtener sinergias entre los países”, dice.
Por ejemplo, en la Argentina desde hace años está pendiente la formación del Comité Nacional de Facilitación del Comercio que hace un seguimiento de las acciones promovidas por el AFC de la OMC. Dice Terzián que el grupo de la OMA al que pertenece está llevando acciones en ese sentido para avanzar en esa asignatura pendiente.
En cuanto a la implementación de procesos de digitalización de procedimientos aduaneros, a través de sistemas como las ventanillas únicas de comercio exterior (VUCE), se han reducido tiempos y costos. Países como Chile, México y Costa Rica han liderado estos esfuerzos, integrando sistemas para facilitar trámites “on line”. En los últimos tiempos Argentina y otros países de la región están propiciando la digitalización de las operaciones aduaneras, sin embargo, para Terzián, hay mucho por hacer. “La gran asignatura pendiente que tenemos en América Latina es resolver la falta de interoperabilidad de las Ventanillas Únicas”, dice.
También existe un desafío en el nuevo contexto geopolítico global, y cómo influye en lo que se avance en materia de facilitación. “Este no es un camino lineal. Hay marchas y contramarchas y caminos oblicuos”, dice.
En cuanto a los Acuerdos de cooperación regional y subregional, señala que las iniciativas como la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, México y Perú) han trabajado en la armonización de estándares y normativas aduaneras, facilitando el tránsito de mercancías dentro del bloque. El Mercosur también ha hecho esfuerzos por mejorar la integración aduanera, aunque enfrenta más desafíos.
Respecto a los programas de Operador Económico Autorizado, señala que se dan avances en cada uno de los países, pero con diferentes niveles de progreso, Una herramienta interesante son las resoluciones anticipadas en valoración aduanera, origen y clasificación arancelaria de las mercaderías. Estas permiten a las empresas obtener, de forma previa y vinculante, una respuesta oficial de las autoridades aduaneras sobre aspectos clave para el comercio internacional. “En América Latina nos enfrentamos a aduanas que son estrictas con el cumplimiento de las normas, por lo que estas resoluciones juegan un papel importante en la facilitación del comercio, aportando transparencia y previsibilidad a las empresas exportadoras e importadoras”, explica Terzián.
Otra herramienta con gran potencial es el Carnet ATA, llamada “Pasaporte de mercaderías”. Dice el especialista, que este es un documento aduanero internacional unificado no muy difundido pero muy importante que permite la exportación e importación temporal libre de impuestos y aranceles de mercancías hasta por un año, agilizando el paso por la Aduana. Se trata de un documento ya implementado en más de 80 países, entre ellos, México, Chile y Perú y en vías de implementación en Colombia y Argentina. Aquí todavía está pendiente su avance, en la medida en que previo a la implementación, el Congreso de la Nación debería aprobar la adhesión al Convenio de Estambul de 1990 en el marco de la OMA. El convenio original del carnet ATA había sido adoptado en Bruselas en 1961 y el garante es la ICC -Cámara de Comercio Internacional-. Precisamente ya se vienen haciendo gestiones para su aprobación entre el equipo de la ICC en Argentina y los legisladores.
Desafíos y oportunidades
Terzián menciona que respecto a la facilitación todavía hay deudas pendientes de hace mucho tiempo que siguen persistentes. Por un lado, las que tienen que ver con burocracia y fragmentación normativa. “La existencia de normas y procedimientos variados en cada país dificulta la integración regional. La falta de armonización de requisitos aduaneros y estándares técnicos sigue siendo un obstáculo”, advierte.
Por otro lado, la infraestructura inadecuada de transporte, puertos y aduanas que varía significativamente, dependiendo del país, afectando la competitividad de los exportadores.
En cuanto a las oportunidades de mejora, Terzián menciona distintos tópicos. Por una parte en cuanto al fortalecimiento de la cooperación regional; la armonización de regulaciones y la mejora de los acuerdos comerciales intraregionales podría aumentar el comercio y reducir costos. Por otro lado, la necesidad de mayores inversiones en tecnologías digitales, como Blockchain para alcanzar una mejor trazabilidad y a través de plataformas de intercambio de datos, optimizar los procesos logísticos.
También se podría avanzar en proyectos de infraestructura conjuntos, financiados por organismos multilaterales, para mejorar los cuellos de botella en el transporte y la logística.
Asimismo, implementar programas que funcionen en forma armonizada entre los países de la región a fin de que haya mayor interoperabilidad entre las Aduanas. Un tema que considera clave, si es que se quiere avanzar con los procesos de facilitación del comercio exterior en la región.
En resumen, Terzián entiende que la región ha progresado en la facilitación del comercio, “pero aún necesita abordar temas como la burocracia, la infraestructura y la transparencia para alcanzar un nivel de competitividad global más alto”. Al mismo tiempo, destaca que desde la Vicepresidencia Regional de la OMA para las Américas y el Caribe y el Grupo Regional del Sector Privado (GRSP) de la OMA, se ha firmado una carta de intención sobre la implementación de tecnología para la facilitación y la seguridad del comercio internacional. Los temas incorporados a ese documento son: Implementación de tecnologías para la seguridad y la facilitación del comercio internacional. Allí la VP de la OMA para las Américas y el Caribe “busca adoptar y promover el uso de tecnologías avanzadas que contribuyan con el fortalecimiento de los mecanismos de facilitación y seguridad del comercio internacional garantizando un adecuado control aduanero y una gestión de la cadena de suministro internacional más digital, automatizada y transparente, comprometiéndose las Aduanas y el sector privado a mantenerse a la vanguardia en la implementación de tecnología en sus operaciones”.
En cuanto al impulso para la Gestión Coordinada de Fronteras en los países del Mercosur, desde el Grupo se está trabajando en un estudio que hace foco en la gestión de Riesgo y en la implementación de tecnología, con el objetivo de fortalecer el control fiscal, aduanero y administrativo en las fronteras, y facilitar el comercio y el tránsito de personas. “Bajo este compromiso, se reconoce la complejidad de los desafíos del movimiento transfronterizo de mercancías, personas y medios de transporte, y la necesidad de una estrecha colaboración entre las autoridades aduaneras y otras agencias gubernamentales, y el sector privado como aliado”, dice.
También se trabaja sobre temas de inversión para impulsar el fortalecimiento de capacidades tanto en recursos humanos de las Aduanas y el sector privado en el uso de la tecnología; sobre compromiso ético y de transparencia, dado su impacto en las operaciones y teniendo en cuenta la Declaración de Arusha Revisada concerniente al buen gobierno y a la ética en las Aduanas. “Aquí se reafirmó el compromiso de ambas partes en el Grupo de la OMA, para promover prácticas éticas y transparentes, entre las cuales está la adopción de tecnologías avanzadas que garanticen la transparencia y automatización de los procesos aduaneros y de gestión de la cadena de suministro internacional”, señala Terzián.
Agrega también que la Vicepresidencia Regional de la OMA para las Américas y el Caribe busca avanzar hacia prácticas comerciales más respetuosas con el medio ambiente y promover la implementación de tecnologías ecológicamente sostenibles que reduzcan el impacto ambiental de las operaciones aduaneras y de la cadena de suministro internacional, lo cual incluye el aprovechamiento de innovaciones en materia de energía limpia, gestión de residuos y eficiencia energética.
Asimismo, se enfatiza la Promoción de la Inclusión, y a la tecnología como un medio para fomentar un comercio más inclusivo, con la participación de más micro y pequeñas empresas, mujeres, jóvenes, comunidades rurales y minorías, promoviendo su formalización y el cumplimiento de las obligaciones aduaneras.
“Es necesario destacar la importancia que tiene la colaboración público-privada. Este es un factor, que facilita la identificación de barreras reales y la creación de soluciones efectivas”, añade el especialista. Según su experiencia y en base a lo que está establecido en la “Customs Business Partnership Guide“ de la OMA, recuerda Terzián que algunos de los beneficios de la colaboración público-privada son, la estructuración y prueba piloto de nuevas políticas, reglamentos y programas aduaneros y un mayor cumplimiento voluntario por parte de las empresas; menos controversias y resolución eficaz de las mismas; mayor seguridad en la cadena logística; reducción de reacciones negativas respecto a futuros incidentes y/o impactos imprevistos (mayor comprensión y comunicación) y una mayor competitividad de las empresas