Milei y Lula, cambiar o seguir con la “modorra”

16 de diciembre 2024

En su sueño de volver a los ´90 y recuperar el ALCA que no fue – la región prefirió la histórica contracumbre que reunía a Chávez, Castro y Maradona con el lema ALCA RAJO, lo que muestra que los epítetos de Milei no son nuevos-, el presidente argentino ya insiste en que quiere tener un acuerdo comercial con EE.UU. – habrá que ver qué puede hacer su amigo Trump.

Mientras tanto en la Cumbre de Presidentes del Mercosur, Milei pareció quedar solo en Sudamérica en su relato sobre hacia dónde tiene que ir el Mercosur. Esto, si se escuchaba a sus colegas de Brasil, Bolivia y el aporte de otros colegas de países de la región presentes – como Colombia- en el encuentro de Montevideo, que tuvo como destaque el anuncio del Acuerdo final del bloque con la UE y la presencia de la mismísima Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.

De hecho, el propio Lacalle Pou de Uruguay – cuyo partido perdió frente a la centroizquierda-, le dijo a Milei que le pasaba la posta – “la tinaja”- al presidente argentino en su lucha por abrir el bloque a la posibilidad de que cada miembro pueda negociar acuerdos bilaterales – especialmente con China, en el caso de Montevideo-. Esto, después de un tiempo donde el presidente uruguayo que se va del poder, decía que la Argentina era un “lastre” para el bloque. Ahora resulta que es la esperanza.

Claro que Milei va más allá, porque Lacalle Pou reconoció que hay que buscar el consenso, y que es más fácil destruir que construir. Pero la frase del presidente uruguayo más destacada y que debe quedar grabada, fue cuando le deseó a Yamandú Orsi, su opositor que asumirá en breve “que su gestión sea mejor que la mía”.

Un ejemplo único de grandeza para todo el mundo del “paisito” del Río de la Plata.

El discurso del argentino estuvo en las antípodas del de Lula sobre lo que tiene que ser el bloque y su futuro. Algo así como no romper lo que no esta roto, según el mandatario brasileño, - será que mira al bloque como una suerte de patio trasero?-, dado el crecimiento del principal país de América Latina en términos económicos. El presidente del gigante sudamericano habla de darle más recursos e importancia al Mercosur “social”, al mayor respecto por los derechos humanos y la libertad de género. Los negocios son importantes en la región, pero más la política. Este podrá ser un relato que puede servir a las administraciones de Brasil, Bolivia o Colombia, pero que ya no alcanza para el gobierno argentino. La “institucionalidad” del Mercosur relatada por Lula y replicada por otros colegas extra bloque, hace un tanto desafiante la pelea del poco ortodoxo presidente argentino que quiere cambiar todo en el escaso tiempo que la Argentina tiene la presidencia pro tempore del bloque. “Pero ya que tengo el martillo, yo rompo”, parece ser la cosa.

Nunca la presidencia pro tempore del Mercosur llevó a un cambio dramático en la dirección comercial del bloque. Será esta vez?.

Estrategia

Argentina parece querer avanzar en otros acuerdos comerciales con la aprobación o no del resto de sus colegas. Podrá apoyarse en Uruguay,- que más allá delas diferencias ideológicas, viene reclamando el fin del “cepo” que le genera el Mercosur hace años-, y Paraguay - que va fluctuando en la intensidad de ese reclamo pero sin sacar los pies del plato-.

No todo es economía. Recordemos que el bloque tuvo su germen en los ´80 entre Alfonsín y Sarney, el acuerdo de los dos grandes de la región, con el objetivo de terminar con las hipótesis de conflicto y llevar al bloque a una zona de paz. Objetivo largamente cumplido.

Especialmente si uno ve cómo está el mundo hoy. Pero el impulso del comercio que tuvo el acuerdo en sus primeros años – inclusive con la idea de generar empresas binacionales para ir a terceros mercados terminó con la era de la grieta ideológica y el mantener el statu quo. Así este factor de apuntar a un crecimiento económico regional fue cayéndose a pedazos, incluso con la era de los precios de los commodities por el cielo – dineros que se utilizaron para consolidar gobiernos hacia adentro- con el argumento de que el Mercosur “es mucho más que comercio”.

Discurso

Antes de golpear el martillo artesanal como acto simbólico de la toma de posesión de la presidencia pro tempore del Mercosur, Milei le comentó a su par del Uruguay que adora todo lo que tiene que ver con “quebrar”.

Así como un outsider de la política que quiere terminar con los relatos de alguno de sus colegas sobre el desarrollo del bloque, el disruptivo discurso de Milei, - si bien alejado de las descalificaciones habituales- quiso despertar la modorra de la diplomacia regional en Montevideo. De allí lo interesante de destacar algunos párrafos de su exposición.

Además de relativizar el éxito de la Cumbre, donde se anunció el haber llegado a un acuerdo con la UE para avanzar en el libre comercio después de 25 años, Milei hizo un balance del Mercosur. Destacó lo obvio “un acuerdo como el Mercosur debe estar al servicio del desarrollo económico de los países” y que se trata del tipo de instrumento que es libremente escogido, y que apunta a que cada país tenga un rédito. Un acuerdo como este no es inalterable ni es una imposición y tiene que ser constantemente revisado para ver si funciona o no y no puede tener reglas estáticas, añadió. “La inercia no es una opción, porque formar parte del bloque involucra la posibilidad de no utilizar otros caminos”, advirtió.

Así la presidencia pro tempore de Argentina, ahora, apunta a recuperar ese espíritu crítico de un acuerdo que es perfectible, para no quedarse en el statu quo. “Hace tiempo que el Mercosur trae más problemas que soluciones”, insistió.

Argentina fue destrozada por nuestros antecesores, con un PBI igual que en 1947, con 10 veces más pobres. Necesitamos crecer, capitalizarnos, comerciar, exportar e importar más”, añadió. Hoy el Mercosur es sólo 1,6% del comercio mundial y liberar el comercio es una necesidad. Así hay que salir de la mera administración de un acuerdo con muchas regulaciones, revisar el Arancel Externo Común, el único de los bloques que no bajó esa tarifa, sentenció “En lugar de garantizar una integración más positiva, hoy tenemos 10 veces más problemas que hace 50 años; se necesita avanzar hacia un régimen de mayor flexibilidad comercial donde cada uno quiera trazar los acuerdos. Hay que definir para dónde continuar y para donde no, en base a la necesidad de la población, el bloque se beneficia del beneficio de sus integrantes”, explicó.

Objetivos centrales para su presidencia pro tempore: La triple frontera es un colador para terroristas y hay que ir tras esas bandas, además de generar acuerdos para ir contra el narcotráfico. Al mismo tiempo apuntar a menos trabas tarifarias y más libertad para comerciar.

Para Milei quedan dos caminos: “aceptamos que el Mercosur no funciona y lo disolvemos - que no es nuestra voluntad-, o lo adaptamos para que pueda funcionar y responder a lo que quieren sus integrantes, esto exige cambiar frente a un presente estático, y tener la libertad de salir del determinismo del pasado y ser arquitectos de nuestro destino”, y allí mismo pegó el martillazo.

La cruda realidad o no tanto?

Previamente había relatado algunos puntos críticos de lo que fue y es el Mercosur. En su diferente y cruda visión, explicó: “El Mercosur se creó como una forma de integrar los mercados de nuestros países, eliminando aranceles, burocracias y dobles imposiciones fiscales y para ser una zona común de libre comercio. Lamentablemente en simultáneo, producto de las ideas imperantes en la época, a nuestro juicio equivocadas, se implementó el AEC para proteger a las industrias locales, pensando que esto traería beneficio para nuestros ciudadanos. Pero el camino al infierno está pavimentado de buenas intenciones. el resultado fue el contrario al buscado”, explicó. Agregó que el AEC encareció la importación de bienes productivos, volviendo a nuestras industrias más caras y menos competitivas y además cerró las vías comerciales. El comercio es un camino de doble vía, para vender libremente hay que estar dispuesto a comprar libremente. “Por el AEC y las barreras arancelarias, el comercio del Mercosur hacia afuera e intrazona se ha visto deteriorado”, agregó.

Desde 1995 hasta el presente, la participación del comercio entre los países del bloque se redujo -salvo en el caso de Paraguay- mucho más aún en los casos de Argentina y Uruguay. Además, desde mediados de los ´90 la incidencia del bloque en el comercio mundial cayó del 1,8 al 1,6%. Es decir que el Mercosur no sólo no nos hizo crecer, sino que nos ha perjudicado, agregó. “Chile y Perú se abrieron al mundo con acuerdos comerciales con protagonistas del comercio mundial; nosotros nos encerramos en nuestra propia pecera, tardando más de 20 años en cerrar un acuerdo con la UE que hoy festejamos y que aun dista de ser una realidad. La economía de nuestros vecinos creció más con ALC con más de 20 países. Mientras tanto más allá de las políticas económicas restrictivas y destructivas argentinas; las restricciones del Mercosur han sido un escollo para nuestro progreso: Chille exporta 50 veces más de cerezas que Argentina y U$50 mil millones en cobre, Argentina cero. Cuántos mercados hubiéramos desarrollado si salíamos al mundo. No podemos darnos el lujo de perder oportunidades comerciales, lo necesitamos como agua en el desierto, tenemos que aprender de los errores también en materia comercial, fuimos a contramano del mundo en el ciclo de mayor integración comercial de la historia global, con el desarrollo de países emergentes jamás visto. Mientras se esparcían gracias al comercio, nosotros le dijimos no a un acuerdo con EE.UU. con una perorata disfrazada de nacionalismo que le costó carísimo a nuestros ciudadanos. La única manera de defender los intereses nacionales es promover el libre comercio. El Mercosur que nació con la idea de profundizar nuestros lazos comerciales, terminó convirtiéndose en una prisión que no permite que sus países miembros puedan aprovechar ni sus ventajas comparativas ni su potencial exportador. Si seguimos queriendo tapar el sol con las manos se volverá cada vez más difícil de solucionar”, argumentó.

Lula y Milei dos visiones casi incompatibles o complementarias del Mercosur?

Finalmente invitó a sus colegas a “abrir los ojos y ser honestos intelectualmente, reconocer que este modelo está agotado y busquemos una nueva fórmula que nos beneficie a todos para que todos podamos comercializar más y mejor. Es el comercio el que genera prosperidad y terminará con el gran flagelo latinoamericano: la pobreza abyecta de nuestros pueblos. Ganemos autonomía sin dejar de respetar los acuerdos que nos hermanan y si lo que nos hermana es comercial libremente entre nosotros, aflojemos las ataduras que nos ahogan en lugar de fortalecerlas. Este bloque no puede seguir siendo un cepo que limite a los países. Debemos dejar atrás esta etapa de mera administración de acuerdos, exceso de regulaciones y la implementación de normas que frenan el comercio tanto interno como con el resto del mundo. Si el acuerdo no es un motor dinámico que facilite el comercio, impulse la inversión y la calidad de vida de la gente, cuál es el sentido que tiene?…Sin anteojeras ideológicas tengamos la honestidad intelectual suficiente para hacernos las preguntas difíciles y el coraje para tomar las decisiones necesarias”.