31 de octubre 2024
El gerente general de la Cámara de Importadores de la República Argentina, Fernando Furci y la agenda ante las nuevas reglas de juego que plantea el Gobierno...
Megatrade: Por estos días dieron visibilidad a un estudio sobre costos portuarios comparando las terminales de Buenos Aires y la región, que concluye muy duramente, señalando de alguna manera que el puerto es una piedra en el zapato del costo del comercio exterior. En esta publicación damos un detalle del mismo…Cómo surgió el trabajo?
Fernando Furci: Esto viene de un informe comparativo de los costos de nuestros puertos con los de la región que elaboramos hace un tiempo y este año decidimos profundizarlo apuntando a que sea más integral. Para ello, se convocó a un grupo de especialistas y un punto era trabajar sobre una tarifa núcleo para no mezclar peras con manzanas y que nos permita definir cosas esenciales. Hay otros elementos como el cobro de la coordinación telefónica de turno, estacionamiento, zona de apoyo portuario u otros servicios que hay que pagar y algunos no se prestan. Esa discusión probablemente vendrá en un segundo informe. Además analizamos otros temas como el doble THC, el informe de la UBA que lo que hizo fue cumplir con el objetivo de mantener la situación de las terminales. Por ejemplo, la falta de información hace que ningún dador de cargas pueda entender cómo subiendo o bajando los niveles de comercio exterior la asignación de turnos siga siendo un tema fantasma.
M: En todos estos años no han podido sentarse con la AGP y con las terminales para entablar un diálogo más propicio sobre el tema de las tarifas que viene arrastrado desde hace décadas?
F.F.: Creo que desde hace décadas falta una mente que piense el comercio exterior como lo que es: un conjunto de eslabones de una misma cadena donde todos revisten importancia y donde uno no funciona sin el otro. Como esa coordinación general no está, siempre aparecen conflictos de intereses y choques entre todos los eslabones de la cadena que nunca se ordena. Por eso creo que el puerto ha llegado a la situación de hoy, porque justamente no se le prestó la atención necesaria para entender lo importante que resulta dentro de la cadena de valor y lo influyente que es, dentro de un costo de importación o de exportación y toda esta situación se termina trasladando a precio. Resulta insólito que mientras más insumo o materia prima se importa para producir es más la incidencia del costo del puerto y el flete. En definitiva, en la Argentina hay una relación directa entre el nivel de perjuicio del costo portuario y el de la producción. Esto independientemente de que las cosas puedan o no haber estado impuestas. Porque nunca se generaron las mesas de diálogo para poder discutir sobre estas cuestiones con más energía y razonabilidad. Insisto: creo que Argentina necesita de un equipo gente que piense en el comercio exterior como lo que realmente es: una cadena de eslabones donde todos tienen la misma importancia y afectación y no defender intereses de compartimientos estancos.
En eso nuestra Cámara es muy integradora, tenemos nuestra propia visión de las cosas, pero siempre conversamos con todos los sectores de la economía y del comercio exterior en particular, porque entendemos que funciona de manera mancomunada y no se puede aislar la discusión solamente a un sector.
M: El informe se concentra en Puerto Nuevo y Dock Sud. No aborda otras terminales..
F.F.: Es que más de 90% del comercio exterior pasa por las terminales de Buenos Aires. El resto de las terminales tienen muy poca frecuencia de buques y cargas. Si bien tienen costos sumamente competitivos, - lo cual demuestran que se puede – reciben menos frecuencias. Buscamos alternativas logísticas para poder derivar carga de nuestros socios a alguna de ellas, pero a veces no es fácil porque hacen escalas en Montevideo y ahí los costos de repente se empiezan a disparar o se generan demoras en los tiempos y aquello que era competitivo, de repente no lo es tanto; sumado el costo del transporte interno más los seguros, custodia, etc, se complica la ecuación.
M: De todos modos, Uds. creen que Buenos Aires sigue siendo la opción en materia de puertos de contenedores…
F.F.: Es un puerto que puede tener continuidad en la medida en que genere condiciones competitivas para los generadores de carga; pero ninguna de las terminales que están en la capital o cerca de Buenos Aires, hoy proponen condiciones competitivas para los dadores de carga.
M: Aquí hay un punto que tiene que ver con que esta actividad en el desarrollo de las concesiones fue planteada y operada con otros volúmenes. No hay que olvidar que el movimiento del comercio exterior de contenedores tuvo su pico hace muchos años y se estancó. Incluso es posible que este año Montevideo supere los valores de Buenos Aires. A su vez las líneas se fusionaron, las frecuencias bajaron, el país dejó de ser interesante para los armadores….Como suele suceder en Argentina, la torta se achica y los costos suben y hay que seguir tratando de no perder rentabilidad y sobrevivir….Les pasa a todos....
F.F.: Perfecto, pero si vos vas a buscar mayor rentabilidad subiendo los precios y prácticamente aumentando todos los costos de la Argentina, tenés un problema.
M: Pero en la Argentina ha sido normal que cómo hay trabas sobre trabas, el poco comercio exterior que queda es negocio cuando las cosas no fluyen…La zona franca por ejemplo, trabaja más cuando más trabas al comercio exterior hay, porque las empresas por anticiparse o porque siempre falta la documentación tienen que derivar sus cargas allí o a un fiscal, por ejemplo….
F.F.: Pero es diferente, la zona franca es un servicio donde el empresario decide si tomar la opción de usarla o no, así como un depósito fiscal o decide enviar la carga a su planta. En cambio, con la terminal portuaria no puede decidir. Tiene que ir adonde le dice el barco.
M: Pero el tema de la obligación de usar la terminal que impone el buque sucede hace tiempo en el mundo del contenedor. Esto pasa en todos lados. También es parte de la tendencia de mayor integración entre navieras y terminales que Uds también marcan en el informe…
F.F.: El tema de la integración vertical es toda una cuestión. Lo mismo como también se da con el abordaje del tipo de cambio en el costo de los fletes. La Argentina opera en pesos y hoy las navieras cobran 25% arriba el tipo de cambio, y esto también traslada un perjuicio a toda la cadena de valor. Se puede entender a las navieras, pero es un tema que se debe conversar en un ámbito específico entre las compañías navieras, los dadores de carga y el gobierno para intentar buscar una solución.
M: Este problema se ahondó con la administración anterior, vinculado también, a que había una limitación de los dólares que no se podía girar al exterior.
F.F.: La CIRA plantea esta situación y hay algunas ideas que estamos proponiendo para intentar encontrar una solución. Entendemos lo que está produciendo una diferencia de tipo de cambio que cobran las navieras, pero nuestros socios están reclamando que empecemos a estudiarlo porque la diferencia es mucha, así como también la discusión de los gastos locales, el punto de corte de esos gastos locales y otras cuestiones que están involucradas también en el proceso de la contratación de un flete marítimo. Y vuelvo a repetir: hay que pensar en cómo podemos generar una mesa de diálogo entre los dadores de carga, el gobierno y las navieras para intentar encontrar una solución e ir construyendo un camino de mayor competitividad…
M: Hoy volvemos a escuchar como en los años donde queda anclado el tipo de cambio; que hay que buscar la competitividad por otro lado y no por una devaluación….
F.F.: Es que está claro que el escenario que aparece para ganar competitividad, no va a ser con una devaluación, sino a través de que todos los empresarios nos pongamos creativos buscando nuevas formas. Allí hay que ponerse finitos en costos y respecto al tema que venimos hablando, plantear cuestiones como el cobro de fletes con un tipo de cambio más parecido al oficial….Hoy la CIRA esta recibiendo muchas consultas desde la industria y los servicios, para desarrollar nuevos proveedores de insumos y materias primas en el exterior para empezar a trabajar sobre los costos en la producción. Esto más allá que, desde distintos sectores plantean otro tipo de propuestas para bajar otros costos, como los impositivos o al trabajo. En ese camino de ponernos creativos y encontrar competitividad vemos segmentos que nos dicen que pueden conseguir insumos de un lado u otro 30% o 25% más bajos y nos preguntan si los podemos asistir. Gracias a nuestras relaciones con el mundo a través de las embajadas y agregados comerciales, estamos tejiendo toda una red de aprovisionamiento distintas industrias, intentando ayudarlas para bajar esos costos en insumos o máquinas que necesiten comprar o que habitualmente incorporan.
Otros instrumentos que creemos muy válidos tienen que ver con la promoción del uso de la herramienta de la importación temporal u otras regulaciones de ese tipo positivas y que las empresas van a tener que empezar a utilizar más para poder ser más competitivas y que son comunes en cualquier parte del mundo..
M: En ese sentido, cómo ven el proceso de desmantelamiento de regulaciones que se están dando desde el gobierno, especialmente en materia de comercio exterior…
F.F.: Se da un proceso de desregulación muy interesante en el comercio exterior y allí quiero destacar la enorme labor que está haciendo el secretario de Comercio, Pablo Lavigne, el subsecretario Esteban Marzorati y la Directora Nacional, Carolina Cuenca. Es un equipo de gente muy idónea que está llevando adelante una profunda revisión de la normativa de las operaciones de comercio exterior y están comprometidos en generar los espacios de facilitación del comercio que le permita a la Argentina ganar competitividad. Están apuntando a mejorar la forma de hacer comercio exterior que era bastante compleja, burocrática y discrecional. Sumado a todo esto que facilita mucho la operación del comercio exterior; empiezan a generarse nuevas ideas y oportunidades, y también un mejoramiento en los costos. De hecho, se está dando una traslación de esa situación a los precios. Hay algunos indicadores que ya permiten ver menores precios en la importación a partir de la disminución del impuesto país, lo cual habla también del compromiso de los empresarios de intentar trasladar a precios cualquier baja a partir de decisiones que tome el gobierno nacional.
M: Esto en un contexto que se vende como “cambio de época”. Es tan así?.
F.F.: Se ven cosas importantes e inéditas respecto a los últimos 25 años y que también están movilizando un poco a todos. La mayoría de los empresarios de menos de 50 años, hemos vivido en situaciones de conflicto permanente, inflación, inestabilidad, devaluaciones y de repente nos encontramos con una propuesta donde se está buscando mantener un mismo tipo de cambio, estabilidad macro, discutir la competitividad a partir de otras cosas que no sean una devaluación, el sostenimiento de esa estabilidad para salir de un cepo. Es un escenario distinto el que nos están proponiendo y el empresario debe acomodarse a las reglas de juego. Los diferentes gobiernos que van pasando van proponiendo un determinado contexto y la obligación como empresarios es adaptarse a los esquemas o al ring donde nos proponen subirnos, para poder enfrentar los desafíos de la economía y los negocios. Eso puede tener cosas buenas y cosas malas. Quedará en cada uno enfrentarse a la realidad o ser inteligente y adaptarse en función de lo que tenemos hoy. Algo que quizá en unos años pueda cambiar y así sucesivamente. Así es el país y la economía en una democracia que puede cambiar en la Argentina....
M: Pero el empresario en ese contexto de cambio permanente no prefiere la estabilidad, transparencia, reglas de juego claras para trabajar a largo plazo?. O se adapta y si durante un gobierno hay trabas que restringen el comercio y se genera un default y es un dolor de cabeza, no le importa y se adapta y con otro gobierno si libera las trabas mejor….. pero nunca pensar en el largo plazo….
F.F.: Es que la realidad Argentina es de plazos cortos. Claro que el objetivo es que eso cambie. Pero apostar a proyectos de 40 años en Argentina resulta complejo. Por eso los ejecutivos argentinos son exitosos en todo el mundo, pues tienen la posibilidad de estar permanentemente planificando y cambiando esas planificaciones intentando mantener una línea de coherencia dentro de un negocio donde los contextos van mutando de un lado para el otro. La Argentina de corto plazo es dinámica y propone permanentes cambios. Ojalá el futuro proponga una estabilidad que nos permita desarrollar una idea en el largo plazo. Pero digamos que para llegar a esa Argentina que todos queremos alcanzar, todavía tenemos un trecho largo para recorrer. Hay un país real, que exige prepararse para las contingencias permanentes y el comercio exterior en particular es una cuestión que cambia todo el tiempo. Por eso también, la forma de abordar el comercio exterior es ir por la positiva y todos los sectores institucionales como la CIRA hacemos propuestas de valor para su mejoramiento, pensándolo como una cadena de eslabones todos unidos y no simplemente defendiendo a uno o dos, independiente del resto, porque sino la cadena se rompe y todos quedamos fuera de la competitividad, de una buena logística y en definitiva fuera de todo.
M: Pero entonces es lo mismo un gobierno que desburocratiza el comercio exterior que otro que pone trabas, si igual puede cambiar el sistema cada cuatro años…
F.F.: Es muy buena la desburocratización, la transparencia, que se elimine la discrecionalidad, tener previsibilidad, que permite medir tiempos y el tiempo en comercio internacional es dinero y eso a su vez permite bajar costos y planificar mejor. Creo que son todas medidas positivas para el comercio exterior.
M: Un factor clave parece tener que ver con las inversiones que vienen por sectores de potencial y real desarrollo, tanto se habla del RIGI…No hablemos de las exportaciones que siempre son el “latiguillo” de que nos van a salvar y no salimos de la misma rueda… Hace muchos años que la Argentina no crece, - todo lo contrario- mientras que nuestros vecinos algunos más y otros menos se despegan – Brasil ya nos dejó bien lejos-. Se puede pensar que esas inversiones podrán alejarnos de este estancamiento?.
F.F.: Como país tenemos que salir al mundo y también necesitamos que el mundo venga. Hay una cantidad de oportunidades que tenemos que salir a descubrir y también para que ingresen inversiones y oportunidades desde el exterior. Esa es la doble vía que representa el comercio internacional. Y ante esta doble vía, también resulta imprescindible acomodar primero la situación local. Analizar cómo estamos con el Mercosur, como podemos firmar más acuerdos comerciales y abrir nuevos mercados para el comercio exterior en su conjunto, cómo mejoramos la integración con Brasil y hacer una promoción comercial conjunta.
Tenemos que estar preparados antes para salir al mundo, - que también significa recibir inversiones- y los empresarios en particular actuar en ese sentido. Es interesante no solo el potencial del RIGI sino todo lo que lo rodea, y allí el comercio exterior va hacia otro nivel y se pueden discutir nuevas alternativas logísticas, por ejemplo, por donde salir y recibir las cargas, la facilitación de los pasos fronterizos, etc. Aquí todo se basa en unas pocas directrices: facilitación del comercio, disminución de costos y eficiencia logística…
M: Hablabas de la preparación del empresario, algunos se quejan ante cada propuesta de competir con la apertura de algunos sectores de la industria…Cómo están viendo a ese empresario desde la CIRA?
F.F.: Estamos advirtiendo con diversas actividades que vamos organizando, la recepción de muchas inquietudes de empresas que están intentando utilizar otras herramientas para ser competitivas, como dije, utilizando regímenes especiales que están vigentes desde hace mucho tiempo y por ahí antes era muy difícil aplicarlos, o buscando nuevos proveedores en el exterior. Si bien no es algo generalizado, sí encontramos algún factor común en esas empresas, y es que tienen actividades de importación y exportación desde hace tiempo, es decir que tienen cierta gimnasia en comercio exterior.
M: La idea en definitiva es adaptarse al contexto buscando alternativas para tener más competitividad…
F.F.: El mensaje en esta coyuntura es que todos los eslabones de valor y con aquellos que prestan servicio a los dadores de carga, tenemos que armar mesas de trabajo, para que podamos juntos con el gobierno, presentar ideas y propuestas concretas. Ver cuáles pueden ser implementadas hoy o bajo ciertas condiciones el día de mañana, pero tenemos que armar una agenda donde compartamos una visión integrada de la cadena de valor y no donde cada uno se aísle y simplemente defienda su parte en detrimento del resto, apuntando a una visión general. Ese es el desafío.